Este plato es para ponerlo en el centro de la mesa y, mientras vas
disfrutando el espirituoso de tu preferencia, mantienes una conversación amena con tus invitados,
picando de vez en vez una mollejita jugosita y luego su bocado de yuquita
frita. Sigue, otro sorbo del espirituoso o aperitivo.
Pues bien, si cuentas con medio kilo de mollejitas alegrarás
a tres comensales.
Lo demás es aceite, ajos picados, sal, ají colorado molido,
vino y un poco de harina de chuño. Yuquitas cortadas para cocerlas y dorarlas
en aceite caliente,
+ Lo primero, sancochas las mollejitas de pollo en agua
suficiente a la que agregas los ajos y la sal. Déjalas a buen fuego durante una
hora al menos, pero como siempre lo aconsejo, dando una mirada para ver que el
agua no se haya consumido y/o las mollejitas ya estén suavecitas antes de la
hora sugerida..
+ Si lo están, las reservas en su propio caldo.
+ En otra olla, preparas el ají para que se sofría en el
chorrito de aceite y luego añades parte del caldo junto con un chorro medianamente
generoso de vino.
+ Mueves bien a fin de que el alcohol del vino se evapore y los sabores
se vayan integrando. Pruebas y regulas el sabor.
+ Preparas un poco de harina de
chuño, disolviéndola en un poco de agua fría.
+ Bajas la intensidad del fuego y vas añadiendo la harina
disuelta, poco a poco y removiendo constantemente. Notarás que va siendo consistente
como una salsa. Cuando está así, dejas de añadirle la harina. Tu salsa al vino
ya está.
+ Añades ahora las mollejitas que habías reservado, mueves
bien a fin de que la salsa envuelva hasta la última mollejita.
+ Dejas reposar y luego de unos quince minutos al menos,
calientas un poco y sirves,
Otro sorbo del espirituoso que tú y tus comensales
están disfrutando y a comer.
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