En estos
tiempos difíciles (este artículo lo estoy escribiendo en días de “cuarentena” -
2020), cuando el panadero no viene con la habitualidad acostumbrada y es
difícil o ilegal, salir a comprar pan, que bien nos cae un pancito horneado en
casa.
Si tienes los
ingredientes que lees abajo, tú puedes hacer tu pancito casero, cariñoso y
calientito, rico y rendidor.
Para un pan
grande o dos medianos necesitamos:
· 500
grms. de harina sin preparar.
· 10
grs. de levadura granulada.
· Una
cuchara de azúcar.
· Una
cucharilla de sal.
· Un
buen chorro de aceite vegetal. Si es de oliva, mejor.
· Agua
tibia, suficiente para disolver el azúcar y la levadura.
· Agua
fría, 400 mililitros o más. Esto lo irás viendo tú mismo a medida que vayas
amasando.
· Opcional:
alguna semilla saborizante o aromática. Yo uso anís.
Empecemos con la preparación.
En
un recipiente pequeño mezclas bien la levadura con el azúcar y agregas el agua
tibia. Remueves hasta disolver y dejas reposar mientras trabajas la masa.
En otro
recipiente grande, mezclas (en seco) la harina con la sal y el chorro de
aceite. Remueves bien. Verás que por el aceite, empieza a formarse una masa
pegajosa y desordenada.
Agregas la
levadura disuelta con el azúcar y agua tibia y sigues removiendo con las manos.
¡Ajá!, ahora
empiezas a agregar agua fría, poco a poco mientras continúas amasando hasta que
la masa se vuelve compacta. Notas lo compacto pues, la masa se despega de tus
manos y de las paredes del recipiente en el que trabajas, mientras se va
formando una bola única.
Ahora puedes
agregarle la semilla de tu preferencia
En una tabla o
en la mesa de trabajo, esparces un poco de harina.
Trasladas la
bola de harina amasada y sigues amasándola allí.
Cuando sientas
que todo está compacto y bien distribuido, la pasas a un recipiente previamente
aceitado. Tapas con un trapo, de preferencia húmedo y dejas reposar por una
hora en algún lugar fresco de tu cocina.
Pasada la hora,
la descubres y notarás que ha doblado su tamaño. Amasa un poco con la intención
de quitarle el aire que se ha introducido entre la masa.
Lo dejas
reposar media hora más. Lo descubres y trabajas la masa dándole la forma
que quieras darle a tu pan.
Añádele algunas
otras semillas (ajonjolí por ejemplo). Hazle unos cortes en la parte superior,
los que, al momento de estar horneado le dará una forma muy atractiva a tu pan.
Llévalo al
horno caliente a 200 grados de calor, por 40 minutos. Siempre revisa a fin de
que los minutos que están en el horno no sean pocos como para que te salga algo
cruda la masa, o muchos, cuando se haya quemado la corteza.
Déjalo enfriar
un poco y luego dale… acompaña con aceite de oliva más sal o queso parmesano… y
para beber, un buen vino, una buena compañía y nada más.
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