Una opción muy buena para iniciar tu invitación a almorzar a
tus suegros y quedar bien con ellos, sin morir en el intento, es preparar una
Crema de Espinacas, como entrada.
Fresca, nutritiva y colorida que incluso te permite tenerla
como alternativa de la – también, muy buena – Papa a la Huancaína, pues como
verás, su presentación es muy parecida.
Requerimos, para cuatro porciones: tres cuartos de kilo de hojas de
espinaca a las que les cortas el tallo, dejando solo las hojas. Papas amarillas a razón de una y media o dos por persona. Mantequilla, lo que coja una cuchara sopera y un chorrito de leche evaporada.
Hacemos hervir las hojas de espinaca en abundante agua con
sal. El volumen de las hojas, se reducirá bastante. Hacemos cocer aparte, las
papas y los huevos.
Una vez cocidas las hojas, las dejamos enfriar y licuamos
con algo de su propio caldo para luego nuevamente retornarlas al fuego, en una
olla, a la que le agregaremos la mantequilla y vamos removiendo para que ésta
se derrita y entremezcle.
Añadimos sal, leche, tal vez un poco más de mantequilla y probamos el sabor.
La crema debe tener una contextura similar a la de la Crema
Huancaína. Si te salió muy aguada, puedes agregarle un "poquitín" de harina de chuño
diluida, en un poco de agua o leche.
Habrás obtenido así una crema color “verde espinaca”, deliciosa.
¡A emplatar!
Rodajas de papa en la base de tu plato (mediano, pues
recuerda, es entrada) a las que las cubres con bastante crema. Encima, medio
huevo cortado y si tienes a la mano una o dos aceitunas moradas.
Adornas con rodajas de tomate, para que su color rojo contraste
con el verde de la espinaca y la “corona” del huevo.
Si los invitados son tus suegros, te van a querer… aún más :) .