En el 2021 escribí
“Mi cafecito mañanero”. Lo puedes ver en este blog. Está fechado 21/12/2021.
En torno a ese
artículo y, tal como se preveía, felizmente hay en el Perú un crecimiento de la
producción y del consumo per cápita del café. Bien por ello.
La “Cámara Peruana del Café y Cacao”, indica a través de su gerente
David Gonzáles (fuente: página web de la Cámara Agosto del 2022) que hay
20 millones de peruanos, que consumen café y de ese número, entre 70.000 y
100.000 son ‘coffee lovers’, es decir, quienes buscan un producto de calidad y
en distintas versiones.
En este grupo,
los de edades entre los 26 y 34 años, generan el 45% del consumo de café.
Mientras que los que están entre los 35 y 59 años, el 36% (fuente: la misma
citada anteriormente).
Bueno, si
hubiesen subido un poco más la barrera, me hubiesen ubicado. Entonces ese 36%
sería algo más.
No obstante,
hay que compartir también el otro lado de la moneda. La “Cámara Peruana del
Café y Cacao” señala que si bien el consumo per cápita es mayor (demanda), la
producción peruana de café (oferta) tuvo una reducción de -14%. En el 2022
fueron 234.200 toneladas producidas, mientras que el 2021 fueron 272.000.
Añadiendo a
esto, es evidente que hay un aumento del precio del café en grano verde, que,
como es de esperar, se traslada al precio de venta al cliente final. Parte de
este incremento de precios se debe, creo a i) al justo pago que deben obtener
los agricultores cafetaleros por su producto, y ii) a la situación geo política
mundial sumada a la social y política por la que atravesamos en el Perú, que
hace a la logística del producto, más difícil y más costosa.
Pese todo, seguimos
creciendo. Doble “like”.
También bien por
ello, porque habiendo aumento del consumo, hay cabida a una mayor oferta a
través de “marcas blancas” (pequeños emprendimientos en los que si ser
necesariamente productores, se puede comercializar el café con una marca propia
y diferenciada). También bien por ello. La competencia sana, siempre es buena.
Así es que, en eso
estoy ahora.
El gusto por el café, me ha llevado a emprender mi
propia “marca blanca” con un CAFÉ DE ESPECIALIDAD. Mi marca propia, con la
visión de que sea reconocida líder en la selección y venta de café tostado y
que en consecuencia, genere confianza.
Siempre un grano arábigo, orgánico, totalmente
procesado de manera natural, en los valles y fincas del Perú. Cultivado a más
de 1500 metros sobre el nivel del mar y todo dentro de un marco eco amigable.
Cada presentación de un solo productor, pero de
diferentes zonas y fincas del Perú.
Es decir, un CAFÉ DE ESPECIALIDAD.
La tarea es
compartirlo primero con amigos y familia, luego, con los consumidores
habituales que forman el “segmento objetivo” buscando convencer a los ”coffe
lovers”.
Parece fácil, pero
como todo emprendimiento por estas tierras de nuestro Señor, algo de muelas me
ha costado encontrar buenos proveedores tanto del grano verde como de los
servicios de tueste, molido y envasado.
Como sea, cuando
ves que ya tienes el producto en tus manos, sientes la satisfacción de una
tarea terminada, más aún cuando el producto logrado es igual o muy cercano a lo
que idealizaste en el primer momento en que te picó el bichito de empezar a
caminar por tu emprendimiento.
Confieso que más
que vender y tener este emprendimiento como un negocio, me mueve el deseo de
compartir algo que es uno de mis apreciados placeres, el de tomar una (unas)
tacita (s) de café sin tener que ir a una cafetería especializada (que las hay
y muy buenas).
La esperanza en que
disfruten como yo lo hago, es lo que más me motiva.
Por último, le diré
que una buena taza de café, es como un vaso de whisky, de ese que ha esperado
12 o más años en barrica para que lo disfrutes puro. Es como un vaso de buen
vino, del que sabes que es bueno, noble, bien hecho, cariñoso con tus sentidos
olfativo y gustativo.
Así debe ser tu
cafecito. De abundante fragancia al molerlo, al pasarlo, al ponerlo en taza.
Luego al tomarlo, delicioso, algo dulce y algo frutado, con cierto grado de
amargor (no mucho), tampoco muy oscuro (es un mito que mientras más negro y
amargo el café, es mejor).
Disfrutarás luego
la viveza de tus sentidos, de tus emociones, de tu concentración, de tu
alegría. Así debe ser tu cafecito, y no solo tu cafecito mañanero.