Si quieres preparar un plato riquísimo y no fatigarte en la preparación, toma nota de este clásico: nuestro buen amigo, el Arroz Tapado.
Calculemos seis porciones.
¿Qué
necesitas?
Por un lado, arroz graneado, blanquito y bajo en sal. Recomendaciones: i) debe ser recién graneado, pues su consistencia ayuda al armado del plato, ya que su presentación “moldeada” es parte de su encanto y ii) no le agregues al arroz, nada más. Lo que queremos es un plato “tricolor” clásico: blanco, color guiso y luego blanco.
Por otro lado:
+ Medio kilo de carne picada,
mientras más pequeños los trozos, mejor (ojo, nunca molida).
+ Ají colorado molido (sazonador “Sibarita”,
si lo prefieres).
+ Aceite, por supuesto.
+ Media cebolla tamaño regular,
ajos, sal, orégano seco y hojas de perejil picaditas.
Luego:
+ Tres huevos.
+ Ciento cincuenta (pueden ser dos cientos) gramos de aceitunas despepitadas. Algunas preferencias ordenan echarle una “mano” de pasas de uva. Esto lo considero opcional, pues, en mi familia, por ejemplo, no todos agradan de la combinación dulce-salada en un mismo bocado.
Hacemos el aderezo, echando un buen chorro de aceite a la olla, a lo que añadimos el ají, las cebollas y ajos bien picaditos y la sal (poca, pues las aceitunas añadirán lo suyo y pueda que salemos el plato). Cuando las cebollas ya están “a punto”, agregamos la carne y después de mover todo, bien, añadimos el orégano y dejamos se cocine todo, tapando la olla y revisando de vez en vez. Agregamos agua, si vemos que está resecando el contenido.
Aparte hacemos cocer los huevos
hasta que estén en punto de cocción “duros”.
Cuando vemos que la carne ya completó
su cocción, añadimos primero – ojo, pestaña y ceja con este “secretito” – las yemas
de los huevos, bien picaditas. Esto hará que las yemas recojan parte del jugo
de la cocción. No queremos que este guiso sea muy jugoso, debido a que
dificultaría el armado del plato, pero tampoco queremos que pierda sabor. Las yemas
nos ayudarán con esto.
Luego añadimos las aceitunas (y pasas
si se ha optado por ellas), bien picaditas, y por último las claras de los huevos,
también bien picaditas. Echamos el perejil, removemos bien y dejamos reposar.
Sirvamos los platos.
Para hacerlo, requerimos un envase
o molde que bien puede ser un “pirex” mediano. El tamaño depende del apetito de
tus comensales, pero como lo dijimos, esta receta es para seis personas y si el
molde es muy grande, no te ha de alcanzar para todos (penita).
Teniendo el molde volteado en
nuestra mano, echamos arroz, un poco más de la mitad del molde. Luego agregamos
nuestro guiso ya reposado, y otra capa de arroz. Esto último completa la otra
mitad (aproximadamente) del molde. Prensamos bien el contenido, presionando
sobre la segunda capa de arroz.
¿Por qué estas proporciones?
Puedes variarlas. Éstas son las que te recomiendo, pues verás que el guiso es
de sabor muy intenso. Siendo así, si el arroz es poco, no será apetecido pues
cada bocado sabrá más a guiso salado. Mientras que siendo la cantidad arroz
mayor (y bajo en sal como lo recomendamos en las primeras líneas), en boca
sentirás la predominancia del sabor del guiso, pero éste no será invasivo.
Bueno. Sin voltear el molde,
colocamos el plato sobre él y cuidando no desparramar todo, recién volteamos
ambos (molde y plato) a la vez. Retiramos el molde y veremos cómo queda la belleza
de plato que hemos preparado.
Recomendaciones: añade al costado
un plátano frito (bellaco de preferencia), pues su sabor combinará muy bien con
el Arroz Tapado.
He visto en otras presentaciones
que también acompañan un huevo frito. Yo prefiero no hacerlo, pues el guiso ya
tiene huevo. Estaríamos añadiendo más de lo mismo, pero ojo, es mi preferencia.
No tiene que ser la tuya.
Llama a tus comensales a comer y
espera un poco, pues te lo han de agradecer desde el primer bocado.
Buen provecho.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario